Miedo y nervios

Washington – No vamos a entrar en disputas y argumentos periodísticos que ya son pretérito. La detención en Estados Unidos de los narcotraficantes, Ismael “El Mayo” Zambada García y de Joaquín Guzmán López, fue una entrega pactada.

Las consecuencias que tendrá este hecho es lo que debe llamar nuestra atención como mexicanos. El Mayo, el último capo de capos de la vieja guardia y líder indisputable del Cártel de Sinaloa, ya está borrado en el organigrama del crimen organizado que azota a México. Su reemplazo en la cumbre del Cártel de Sinaloa no podrá llenar las chanclas que deja vacías El Mayo.

Habrá disputas violentas entre las fracciones antagónicas dentro del Cártel de Sinaloa y batallas más aparatosas y letales contra otros cárteles, sobre todo con el de Jalisco Nueva Generación que comanda Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.

Más violencia y sangre en México por los pleitos entre narcos que se pelean al imparable mercado de venta y consumo de drogas de Estados Unidos; lamentablemente no nos quitará el sueño.

Felipe Calderón con su guerra militarizada y disparatada contra los narcos nos acostumbró a los muertos y de tajo nos hizo insensibles ante la barbarie. Los abrazos, no balazos del presidente Andrés Manuel López Obrador, tampoco funcionaron. Los narcos y criminales los tomaron como un cheque en blanco. Miren a su alrededor: tenemos una República cuajada de violencia, secuestros, extorsiones, asaltos, robos de autos y todo bajo una Guardia Nacional militarizada que ni cacha, ni picha ni deja batear; como dirían mis padrinos los hijos del Averno cuando un sacerdote les arrebata algún bocadillo impío para el sagrado Chamuco.

El Mayo en Estados Unidos será para la DEA una fuente casi inagotable para elaborar expedientes y acusaciones a diestra y siniestra gracias al acuerdo de cooperación que, como todo indica, el capo de capos venía cocinando con mucha antelación. Como lo declaró su hijo, Jesús Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, durante el juicio por narcotráfico contra el compadre de su padre y suyo, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, su papacito gastaba más de un millón de dólares al mes en sobornos a políticos, funcionarios federales al más alto nivel, militares desde soldado raso hasta general, policías, gobernadores y exgobernadores, prelados, líderes religiosos y empresarios.

Desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari hasta el de AMLO, El Mayo armó una nómina de pagos de narco corrupción que tiene cascabeleando los dientes, por miedo y nervios, a muchos verdes, azules, políticos, expolíticos, gobernadores, exgobernadores y en especial a uno de los 2 expresidentes que están en Madrid y que toma bacachá con ruda pal’ susto y que no se embarra brillantina porque no tiene copete.

Lo siento por las aerolíneas comerciales y las privadas, ya que a quienes se les aflojó la panza por el eventual concierto de El Mayo ante la DEA, dejarán de ir de vacaciones a Estados Unidos. ¡No vaya a ser y les hagan pasar un mal rato como al general Salvador Cienfuegos Zepeda en Los Ángeles”.